viernes, 13 de junio de 2014

RUTA VADO DE TUS - LOS CHORROS

El pasado 29 de mayo de 2014, realizamos una ruta de trekking que nos condujo desde la aldea de Tus, hasta el aparcamiento de Los Chorros, cruzando todo el Calar del Mundo. Todo un Parque Natural, en primavera, en todo su esplendor.
A pesar de que las elevadas temperaturas de las últimas fechas, de la falta de agua, de que ya de por sí esa altiplanicie que es el Calar no suele ser un vergel, sí que encontramos una  alfombra verde, con tonalidades amarillas por partes. No lo de otros años. Este año es diferente. Es especial, pero no por positivo.
Comenzamos ruta sobre las 9:00 de la mañana, cuando el autobús nos dejó en la aldea de Tus, y echamos a caminar por la conocida como "Cuesta de las Peladillas", que serpentea en paralelo al arroyo de Tus. Comenzaba a hacer calor, esos primeros 500 metros de desnivel se antojaron duros. Pero la verdad es que en la ruta que nos ocupa, sólo lo es en ese punto.
Una vez arriba, nos dirigimos hacia la fuente de los Tornajos, donde almorzamos cerca de las 11 de la mañana. Desde ahí, continuamos ruta dirección Noreste hacia El Argel, cima de este Calar del Mundo, que mira los alrededores desde los 1694 metros. Desde ahí, comenzamos descenso hacia el Pozo de la Bomba. En ese camino, encontramos una cueva oculta entre la vegetación. 50 ó 60 metros de cueva, que conducían a una charca de agua cristalina, un remanso de paz en la profunda oscuridad. Salimos de nuevo a la claridad del día para seguir camino a dicho Pozo, donde comimos y echamos una mini siesta. Día de temperatura espléndida, algo nublado, algo de viento, paz enturbiada por los cánticos atempestivos de nuestro alumnado. No todo podía ser perfecto.
A las 3 reiniciamos marcha hacia el Tejo Vivoreros. Una torca con vegetación única. Otra estampa en la retina y de ahí a nuestro Cortex. Para siempre. Qué bonito! Y ya en la última etapa del viaje, la más dura por las muchas horas transcurridas, hacia el Mirador de los Chorros, desde donde descendimos por una escarpada ladera hacia la senda de acceso a la Cueva. A la que entramos, buscando esa imagen que convierte en único este nacimiento, todo un río saliendo de la profundidad de una cueva de decenas de kilómetros. Pocos metros que nos hablan de cómo de maravillosa ha de ser esta cueva.  A las seis y media en el parking, donde esperaba el bus, para el regreso a Yeste.

Un saludo de parte de los profesores Federico, Andrés y Arturo

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