El 16 de febrero estábamos en mitad de una ola de frío, que mantuvo las temperaturas bajo mínimos durante varias semanas. Eso permitió que contempláramos en un barranco próximo a Moropeche (aldea del término municipal de Yeste) una estampa más propia de otro lugar y otro tiempo.
La actividad consistió en una simple ruta de senderismo que terminaba en dicho barranco. Para acceder al mismo en condiciones de seguridad tuvimos que valernos de varias cuerdas y cordinos que con ayuda de los elementos naturales que allí íbamos encontrando, permitían colocar diferentes pasamanos.
Mereció la pena, y como siempre dar las gracias a Andrés por sus espléndidas fotografías que suponen siempre la guinda al pastel (que ya de por sí era muy bueno).
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